Este análisis pretende encontrar respuesta a los numerosos interrogantes surgidos tras la irrupción de Wikileaks en la escena internacional. Sin embargo, como se verá, la respuesta a estos provoca el origen de nuevas incógnitas.
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Wikileaks irrumpió en el escenario internacional mediante la publicación de cientos de miles de documentos confidenciales, algunos de los cuales narraban las atrocidades cometidas por las tropas de Estados Unidos y otros aliados en Afganistán e Irak. Posteriormente, la web fundada por Julian Assange realizó nuevas filtraciones sobre las acciones desarrolladas por los diplomáticos estadounidenses en numerosos países del mundo y la opinión que Washington tiene acerca de algunos de ellos.
Este importante material llegó a manos de Wikileaks debido a la intervención de Bradley Manning, un soldado estadounidense de 23 años que, pocos meses antes de producirse la filtración, se jactaba de tener acceso a dos bases de datos en los que se alojaban documentos confidenciales: SIPRNet, red secreta del Ministerio de Defensa, y JWICS, compartida por Defensa y el Departamento de Estado. En una carta enviada a principios de marzo al coronel Daniel J. Choike, jefe de la base de Quantico, en Virginia, en la que se encuentra detenido, Manning reconoce que comenzó a contactar con Julian Assange desde Irak. Poco después, fue delatado por el hacker Adrian Lamo, con quien también había mantenido conversaciones a través de Internet.
Desde julio de 2010, Manning está aislado en una cárcel militar de máxima seguridad, en la que afirma sufrir tratos vejatorios[1]. Amnistía Internacional ha denunciado que el trato al que está siendo sometido supone una violación de los derechos humanos, aunque Washington rechaza tajantemente esta acusación. Sin embargo, P. J. Crowley, asesor de Hillary Clinton en el Departamento de Estado, llegó a reconocer en una conferencia ante estudiantes que el trato del Pentágono a Manning era "ridículo, contraproducente y estúpido", motivo por el que se vio obligado a dimitir poco después.
Según El País, la fiscalía sostiene que Manning comenzó a descargarse documentos un mes después de su llegada a la base iraquí de Hammer, al este de Bagdad. Por el momento, ya han sido presentados más de veinte cargos en su contra. Uno de ellos, es el de “asistencia al enemigo”, para el cual se contempla la pena de muerte, aunque el Pentágono no ha solicitado aún esta condena.
El Ejército trata de demostrar que Manning sustrajo los documentos por reclamo de Assange, lo que convertiría a éste en cómplice y, por tanto, objetivo de persecución por parte de las autoridades estadounidenses. Sin embargo, aún no se ha presentado en este país ninguna demanda formal contra el fundador de Wikileaks.
EEUU y la “seguridad nacional”. A la caza de Julian Assange
Estados Unidos nunca cuestionó la autenticidad de los documentos publicados por Wikileaks, sino que se limitó a condenar su filtración, la cual considera una violación de su “seguridad nacional” que puede provocar muertes en sus tropas y las de sus aliados. El jefe del Estado Mayor Conjunto, Mike Mullen, afirmó que saber “con certeza” que los talibanes y Al Qaeda han registrado estos documentos “para saber dónde atacarnos”. Incluso, llegó a acusar a Assange de “tener las manos manchadas de sangre”2.
Debido a que en los documentos se citan también las identidades de algunos miembros de las fuerzas de seguridad afganas e iraquíes, Washington culpa a Wikileaks de las posibles consecuencias que estos y sus soldados puedan sufrir a causa de las revelaciones. En opinión de Assange, las responsabilidades que puedan derivarse se deben achacar a las autoridades y soldados estadounidenses, ya que son ellos quienes registran en sus cables numerosas identidades que deberían permanecer ocultas.
Respecto al riesgo que puedan suponer las revelaciones de Wikileaks para las tropas estadounidenses y de otros aliados en Afganistán e Irak, es necesario recordar que fueron las respectivas autoridades las que enviaron a sus soldados a dos guerras que aún hoy carecen de justificación. Por otra parte, los insurgentes de estos países no necesitaban esta filtración para luchar contra lo que consideran una invasión injustificada, sobre todo porque son ellos quienes están sufriendo las atrocidades de las tropas invasoras, muchas de las cuales no han sido –ni lo serán nunca- reveladas por Wikileaks.
Además de aumentar la presión para conseguir la detención de Julian Assange y realizar diversas amenazas legales contra la organización que dirige, la Administración estadounidense nombró un zar antifiltraciones para evitar que estas vuelvan a sucederse, mientras decide si presenta una demanda contra el fundador de Wikileaks. A día de hoy, EEUU no puede argumentar ningún delito del que acusar a Assange para que éste sea juzgado en sus tribunales, pese a contar con un convenio de extradición con Gran Bretaña, donde Assange fue detenido el pasado 7 de diciembre.
Las denuncias contra Assange fueron presentadas tuvieron lugar pocas semanas antes de producirse las filtraciones de Wikileaks. Fueron presentadas por Anna Ardin y Sofia Wilen. Ambas acusan3 a Assange de “coerción ilegal” y “acoso sexual”, entre otros cargos, debido a que supuestamente mantuvo encuentros sexuales sin usar preservativo. Pese a la escasa consistencia de sus argumentos, la demanda se ajusta a la legislación sueca.
Por otra parte, diversas fuentes, entre ellas el diario oficial cubano Granma, han comenzado a aportar información que relaciona a Anna Ardin con la disidencia anticastrista. Según los periodistas Jean-Guy Allard4 y Ernesto Carmona5, ambas denunciantes son amigas e, incluso, existía en Youtube un video (que ya no se encuentra disponible en esta web) en el que se las puede ver juntas durante una rueda de prensa de Assange. Además, estos autores destacan también que Ardin, en su opinión nacida en Cuba, fue expulsada de este país tras haber manteniendo contactos con el grupo de Las Damas de Blanco -que supuestamente recibiría financiación estadounidense-, y desde que se estableció en Suecia continúa colaborando con webs anticastristas financiadas –también supuestamente- por la CIA como Misceláneas de Cuba. En este sentido, lo único que se ha podido comprobar hasta ahora es que Ardin ha colaborado6 con el citado medio. Éste, por su parte, sólo matiza la versión de la nacionalidad de Anna Ardin, al afirmar que es sueca y no cubana7.
NOTAS
(1)Enterrando al soldado Manning. El País, 20/3/2011
(2)Estados Unidos estrecha el cerco sobre Wikileaks. El País, 01/12/2010
(3)Dos suecas contra Assange. Lavanguardia.es, 08/12/2010
(4)Wikileaks: detrás del “escándalo sexual” contra Assange, una “colaboradora” cubana de la CIA. Telesurtv.net, 7/12/2010
(5)¿Quiénes digitan a las acusadoras contra Assange? Alainet.org, 7/12/2010
(1)Enterrando al soldado Manning. El País, 20/3/2011
(2)Estados Unidos estrecha el cerco sobre Wikileaks. El País, 01/12/2010
(3)Dos suecas contra Assange. Lavanguardia.es, 08/12/2010
(4)Wikileaks: detrás del “escándalo sexual” contra Assange, una “colaboradora” cubana de la CIA. Telesurtv.net, 7/12/2010
(5)¿Quiénes digitan a las acusadoras contra Assange? Alainet.org, 7/12/2010
[6] Vad Händer När Castro Dör? (¿Qué sucederá cuando Castro muera?) Miscelaneasdecuba.net, 2/8/2005
(7)En torno a la nacionalidad de Anna Ardin. Misceláneasdecuba.net, 10/12/2010
OTRAS REFERENCIAS
(7)En torno a la nacionalidad de Anna Ardin. Misceláneasdecuba.net, 10/12/2010
OTRAS REFERENCIAS
-Cable con la entrevista de dos congresistas con el ministro israelí de Defensa. El País, 28/11/2010
-La mayor filtración de la historia deja al descubierto los secretos de la política exterior de EEUU. El País, 28/11/2010
-“Wikileaks no es un nuevo periodismo, es un síntoma de los últimos años en Internet”. El País, 23/2/2011
-Los abogados de Assange recurren su extradición a Suecia ante el Tribunal Superior de Londres. Rtve.es, 3/3/2011
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