Nuestros gobernantes se niegan
a dar marcha atrás al suicidio social que vienen provocando con esta crisis.
Mientras el descrédito hacia ellos crece y la corrupción les acorrala, se
empeñan en mirar hacia otro lado.
- El colapso económico español (1). De repente, somos pobres
- El colapso económico español (2). Los "recortes" tienen finalidad ideológica
- El colapso económico español (3). ¿Excesivo gasto?
- El colapso económico español (4). El ataque de “los mercados”
- El colapso económico español (5). Sobre el rescate bancario
- El colapso económico español (6). ¿Rescatar al país?
- El colapso económico español (7). Un futuro incierto
Marchamos por un camino que nos conduce
inexorablemente al abismo. La población
se encuentra actualmente atrapada en las garras de “los mercados”,
una especie de poder mundial que especula a diario con nuestro futuro en la Bolsa
gracias a la complicidad de las instituciones nacionales e internacionales. “El Banco Central Europeo está haciendo el trabajo sucio desde
hace meses, dejando que los especuladores se ensañen sin hacer nada para
evitarlo, pero no se puede decir que sea el único responsable”, añade Juan
Torres. Los
gobernantes europeos, los únicos que tienen en su mano acabar con esta
dramática situación, se niegan a mover un dedo para aliviar el sufrimiento
causado a millones de personas en todo el continente. Es más, con la excusa de una crisis provocada por “los mercados”, están derribando conquistas sociales cuya
consecución costó décadas.
Así, la actual crisis económica se ha revelado
como la mejor excusa para saquear países y desproteger a los más necesitados.
Desde que ésta comenzó, prácticamente todas las medidas tomadas han supuesto un ataque a las clases populares. Es
evidente que estas no están pensadas para el bienestar de la sociedad, ya que
empeoran su situación. Esta senda de la austeridad impuesta por Europa es, según
Manuel
Ballbé y Yaiza Cabedo,
“una truculenta estrategia del Gobierno y la
banca alemana para desvalijar al sur de Europa con el fin de tapar el enorme
agujero financiero alemán”. En varios países europeos, este camino está
provocando un enorme deterioro que afecta sobre todo a los más necesitados. Pero, en lugar de atender las demandas de la población, los mandatarios
españoles y europeos se empeñan en gobernar de espaldas a la ciudadanía, obedeciendo
a las exigencias de “los mercados”.
“Existe un plan que lo que pretende es
establecer en el Sur de Europa, desde la zona de los Balcanes, zonas de
comercio con mano de obra barata, salarios bajos, empobrecimiento de los obreros,
recorte de los derechos laborales para convertirnos en las zonas de producción
paupérrima desde donde puedan competir con China y los otros países asiáticos”.
Yannis
Panagopoulos, presidente de la Confederación General de Trabajadores de
Grecia (GSEE).
Las consecuencias en España
Por su parte, nuestro país ya comienza a mostrar los efectos más graves de la injusta austeridad neoliberal. Las políticas adoptadas en los últimos años están suponiendo un auténtico suicidio social: más desempleo, reducción de sueldos, recortes de prestaciones sociales, subidas de precios, etc. “[Con estas medidas] a Rajoy le cabe el triste mérito de haber llevado a España a ser la sociedad más desigual de la eurozona, demostrando así que el resultado efectivo de sus políticas no es otro que devolver a los grupos oligárquicos los pocos privilegios conseguidos en el franquismo que habían perdido en la etapa democrática”, critica Juan Torres. “Parece totalmente injusto ahorrar sobre los servicios públicos como educación y sanidad para reembolsar una deuda con el fin de aliviar un déficit que benefició a los más acomodados”, añaden Yves Julien y Jérôme Duval.
El pasado 4 de enero falleció en Málaga un hombre que prendió fuego a su cuerpo ante la desesperante situación que padecía, pues afirmó no tener “ni para
comer”. Apenas dos semanas antes, una mujer se había arrojado desde el balcón
de su casa tras recibir una orden de embargo. También dos comerciantes decidieron quitarse la vida en Baleares al no poder afrontar sus
gastos.
Mientras esto ocurre, nuestros gobernantes nos
mantienen a las puertas de un rescate
que podría profundizar aún más el despojo a las clases populares. No parece que
la situación vaya a mejorar si continuamos por este camino. Es una incoherencia recortar injustamente en política
social mientras se evita perseguir a
los grandes defraudadores o se malgastan
enormes cantidades en guerras. También resulta vergonzoso ver cómo
nuestros representantes políticos, sin apenas disimular, premian y protegen a quienes provocaron esta situación a la vez que
exigen a la población enormes esfuerzos. Unos se quejan de la herencia recibida
(PP), mientras otros intentan hacernos olvidar que su gestión de la crisis
tampoco fue mucho mejor (PSOE). En este sentido, el sindicato vasco ELA y el gallego CIG han
denunciado por prevaricación al presidente Rajoy y a sus dos antecesores,
Zapatero y Aznar, juntos con sus ministros de Economía y los gobernadores del
Banco de España, a quienes responsabilizan “del mayor saqueo de España”.
Además, el colapso de la economía está sacando a relucir una enorme crisis institucional.
El sistema político se encuentra, más que nunca, en entredicho. El descrédito y
la desconfianza de la sociedad respecto a los políticos están superando los límites esperados. De esta manera, prácticamente
nadie confía en la voluntad de nuestros mandatarios por resolver esta
situación. Y es que los partidos
mayoritarios no piensan en el bienestar de la población, si no en asegurar
los beneficios de la banca y las grandes empresas. Prueba de ello es que dos ex
presidentes y veinte ex ministros trabajan
hoy para enormes corporaciones. "Que
mande más la banca que la gente que nosotros elegimos (democráticamente) tiene
guasa", ironizó José Chamizo, Defensor del Pueblo en
Andalucía, en el programa de Canal Sur Pido
la palabra.
Vergara. 2011 |
De manera que nuestra
democracia se reduce a la posibilidad de
votar cada cuatro años para que se alternen en el poder PP o PSOE, los
beneficiarios de la injusta legislación electoral. Los grandes partidos se han especializado en hacer lo contrario de lo que prometen a sus votantes durante la
campaña electoral. “Subir el IVA es un sablazo de mal
gobernante. Es un disparate en tiempos de crisis subir los impuestos, y sobre
todo subir los impuestos al consumo”, declaraba
Rajoy en marzo de 2010, para posteriormente hacer lo que tanto criticó. Cada día
hay menos diferencias entre los dos grandes partidos, de manera que los ciudadanos no tenemos
alternativa al tipo de políticas que ambos están desarrollando desde hace
décadas.
“La impunidad con que actúan los banqueros también debilita la democracia, o mejor dicho, indica qué escasa y falseada es la que tenemos, porque la democracia real es incompatible con la total ausencia de rendición de cuentas con que vienen actuando no solo los responsables de la banca sino la clase política que los protege. Y, por supuesto, echa por tierra la confianza en instituciones básicas para la convivencia”. Juan Torres.
Por su parte, los sindicatos carecen de legitimidad y
credibilidad tras haberse plegado durante años a los designios del poder
político y económico. Son una de las muchas instituciones que necesitan
renovarse y redefinir sus objetivos tras años de complicidad con un poder
económico que saquea día tras día el país y amenaza nuestro futuro. Poco podemos esperar también de los medios
de comunicación. El tratamiento que otorgaron a la última huelga general es
una de las muchas muestras de su respaldo a las medidas que se están tomando
últimamente. Al margen de si los ciudadanos deciden manifestarse o no, ¿a qué
viene tanto ataque contra la huelga?
¿Acaso no hay motivos para manifestarse?
Este injusto sistema bipartidista parece no
tener en cuenta que somos el país que más puestos de trabajo destruye,
que tenemos la tasa de desempleo más alta de Europa y que nuestro salario es
uno de los más bajos del continente. En cambio, saben muy bien que las medidas que promueven están provocando
que muchas personas pierdan su empleo, su casa o, incluso, su vida. “Y
por eso son criminales que deberían ser juzgados y condenados si es que en el mundo y en nuestro
país hubiera un poco de justicia”, señala
Juan Torres. Aún no hemos visto a ningún dirigente o banquero pagar con cárcel
su enorme irresponsabilidad en el origen de esta situación.
Casos de corrupcion en España/elventano.blogspot.com.es |
Más de 300 políticos
españoles se encuentran actualmente imputados por corrupción. No dejan
de aparecer en los medios de comunicación casos que involucran a representantes
políticos, sobre todo pertenecientes a los dos grandes partidos. Pero estas
organizaciones no suelen condenarles públicamente ni expulsarles, sino que más
bien les protegen de la presión exterior. Según una encuesta
de Metroscopia, el 95% de la población
considera que los partidos protegen a sus militantes corruptos. Así,
mientras la corrupción les acorrala, estos prefieren mirar para otro lado.
Además, muchos de los políticos corruptos
se benefician de los generosos indultos que nuestros presidentes suelen conceder (se cuentan
por miles en cada legislatura). "En España hoy los políticos que se
corrompen tienen tres posibilidades: la amnistía fiscal, conseguir que el
fiscal pacte con la defensa para no tener que responder de sus delitos --como
en el 'caso Pallerols'-- o que el Gobierno les indulte", critica
el diputado de UPyD Carlos Martínez Gorriarán. “Esa élite ha construido un
sistema de representación política que, en la práctica,
bloquea cualquier renovación. Ha llegado la hora de dinamitarlo”, critica
Alberto Sicilia.
La
actual Ley de indulto procede del año 1870, es
decir, casi un siglo anterior a la Constitución vigente. Ningún gobierno ha
querido modificar una figura jurídica que permite, sin dar explicación de
ningún tipo, "exculpar a corruptos y amiguetes", en palabras
de Gaspar Llamazares (IU). Se trata de una norma incompatible con un sistema
democrático. Los delitos contra la Administración Pública (malversación de caudales
públicos, prevaricación, cohecho, etc.) son los más perdonados. Entre 2000 y 2012 fueron indultados 107 malversadores y 25 prevaricadores.
¿Queremos y podemos cambiar esta situación?
Las peores consecuencias de esta crisis económica
siguen golpeando a las clases populares. Es más, nuestras condiciones de vida
están siendo injustamente modificadas con la excusa de la crisis económica que
nosotros no hemos provocado. Mientras, gran parte de la sociedad permanece
inmóvil, como si nada estuviera pasando. La gente está enfadada, si, y también resignada
con el orden actual de cosas. Pero nada más. Hay mucho conformismo y desconfianza respecto a las posibilidades
reales de cambiar la situación. Parece que no hay alternativa. “¿Tenemos algo previsto,
más allá de salir un rato a la calle o tuitear como locos? ¿Alguna alternativa
política sólida, una propuesta capaz de sumar fuerzas para ser mayoritaria y
construir algo mejor?”, señala Isaac Rosa.
“El aguante del pueblo español me sorprende.
Todavía no se ha hecho lo que hay que hacer de verdad, que es tomar la calle.
Pero tomarla, no salir a dar una vuelta, porque lo que están haciendo es una
auténtica vergüenza para el futuro de nuestros hijos. Esto no tiene vuelta
atrás”. El
Gran Wyoming, presentador de televisión.
Además, millones de personas siguen sin
enterarse de lo que está ocurriendo realmente, debido a la desinformación
mediática. Quizá sea este desconocimiento el que impide la proliferación de alternativas
para revertir el enorme despojo que estamos sufriendo. Si una parte importante de la población tomara
conciencia de la extrema gravedad de la situación que vivimos y de cómo se está
echando a perder nuestro futuro, no sería extraño ver a millones de personas
manifestándose en la calle. Ya ocurrió en Argentina en 2001 o en Islandia en
2008, cuando el clamor popular obligó a los partidos políticos a cambiar el
sentido de sus medidas económicas. Hasta ahora, el
movimiento 15-M y el Frente Cívico Somos
Mayoría (impulsado por Julio Anguita) han sido las únicas apariciones
destacables. El primero de ellos ha realizado algunas acciones meritorias, pero
por el momento carece de la legitimidad y el impacto
necesarios para cambiar el orden de cosas.
“Pobre España
y pobre pueblo español, tan silencioso y obediente. Vibra de patriotismo cuando
gana La Roja pero enmudece cuando le roba una potencia extranjera o cuando su
gobierno le miente y le traiciona”. Juan
Torres.
Este corrupto régimen bipartidista debe concluir. “Es
el momento de acabar con la élite política que nos ha gobernado desde la
Transición. Llevamos tres décadas gobernados, esencialmente, por miembros de
la misma tribu”, destaca Alberto
Sicilia. “Si no preparamos algo
para esa eventualidad, los escenarios post-derrumbe pueden ser dos: o una
reconstrucción desde dentro del propio sistema (otra “transición”), donde todo
cambie para que todo siga igual; o su sustitución por algo incluso peor”, añade Isaac Rosa. No debemos olvidar que
el clamor social podría obligar a nuestros mandatarios a llevar a cabo
importantes cambios.
“Nada de desánimo, ni miedo. Puede que estemos ante
una oportunidad histórica y no nos estemos dando cuenta. Puede que la magnitud
del derrumbe nos abrume, y nos impida pensar en ese día después. Y también puede
que el bombardeo que estamos sufriendo, eso que llaman crisis, nos impida
dedicar energías a otra cosa que defendernos”.Isaac Rosa.
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