Mientras miles de ciudadanos se manifiestan en las ciudades españolas reclamando una democracia verdadera que no se limite a elegir entre dos partidos mayoritarios que cada día representan a menos gente, estos han decidido mirar para otro lado. Han utilizado a sus medios de comunicación afines para desfigurar la imagen del movimiento 15-M y deslegitimar sus peticiones, y se muestran totalmente impermeables a las demandas de la calle. De esta manera, los partidos que siempre ganan en este sistema bipartidista se niegan a llevar a cabo las reformas que piden los ciudadanos, pero sí que están de acuerdo en aplicar las normas dictadas por los bancos y el capital.
El Partido Popular lleva varios años en campaña electoral. Su programa electoral se reduce a atacar y criticar al gobierno repetidamente, responsabilizándole de todos los males del país y llevando a cabo una política de oposición meramente destructiva. Tienen bastante claro quién será su candidato en las próximas elecciones y han empezado a trabajar para ganarlas. Así, con la ayuda de sus medios de comunicación afines, Mariano Rajoy ha emprendido una batalla mediática de acoso y derribo contra un PSOE en horas bajas. Se niega a detallar las medidas que tomaría en caso de llegar a ser presidente por dos motivos: en primer lugar, porque cree que con la batalla mediática y su discurso a favor del empleo será suficiente; y en segundo lugar, porque sabe que exponer su programa puede hacerle perder votos, ya que básicamente se basa en profundizar el mismo recetario neoliberal que ha sumido a España en la actual situación, aunque aplicado por el PSOE. Sólo hace falta echar un vistazo a las entrevistas realizadas por el líder del PP en medios como El Mundo, ABC o El País para intuir que sus políticas supondrían más despidos de funcionarios, privatizaciones, precarización laboral, recortes sociales, etc. Lógicamente, Rajoy utiliza para disfrazar sus propuestas eufemismos como “medidas orientadas a la creación de empleo” o que hay que “apretarse el cinturón en lo superfluo” [respecto a la política social]. También se harta de decir que reducirá la capacidad de endeudamiento de las administraciones, acusando así a los socialistas de gastar demasiado y tirar el dinero, cuando las más endeudadas son precisamente las gobernadas por su partido (Comunidad de Madrid, Ayuntamiento de Madrid, Comunidad Valenciana).
Por su parte, en el PSOE, todavía noqueado por la debacle electoral, están inmersos en un proceso de primarias para elegir a su próximo candidato a las generales. Rubalcaba cuenta con apoyo del aparato del partido y es casi seguro el único que candidato que optara en las primarias, dada la dificultad que implica conseguir los 22.000 avales necesarios para poder competir con el candidato oficial.
Luis Ángel Hierro, profesor universitario y militante socialista, es consciente de dichas dificultades, pero aún así está dispuesto a intentarlo para provocar el debate interno que, según él, necesita el partido socialista. No lo tiene nada fácil, de ahí que haya recurrido a las redes sociales para intentar llegar a un mayor número de personas.
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